La Técnica Alexander
La Técnica F.M. Alexander es una técnica de reeducación psicofísica que nos permite mejorar el uso que hacemos de nosotros/as mismos/as.
En clases individuales, el/la profesor/a utiliza sus manos como una herramienta más de observación y para transmitirle al alumno/a las experiencias sensoriales y las direcciones que se requieren para desbloquear tensiones y acortamientos innecesarios.
Con la ayuda a la vez de ciertas instrucciones verbales, el/la alumno/a se vuelve cada vez más consciente de los hábitos que lo/a interfieren y aprende de a poco a dejarlos ir, permitiendo una mayor eficiencia, coordinación y soltura en su manera de funcionar.
De esta manera, amplía su capacidad de observación en actividades y situaciones de la vida cotidiana, como estar de pie, sentarse, caminar, agacharse, levantar y transportar objetos, hablar, leer, etc.
La relación entre cuello, cabeza y espalda actúa como mecanismo central de la integración psicofísica, y constituye el control primario de uso de la totalidad del individuo.
Cuando el control primario es correctamente coordinado, provoca un re-acondicionamiento de la respuesta refleja, y tiene una influencia positiva en los procesos responsables de toda actividad.
F.M. Alexander (1869-1955)
Matthias Alexander era australiano. Nació en la población de Winyard (Tasmania), en 1869. Fue un niño precoz pero de salud delicada, muchas veces afectada por problemas respiratorios.
A los veinte años se trasladó a Melbourne donde empezó sus estudios como actor. Al poco tiempo, ganó una excelente reputación produciendo obras teatrales. Sin embargo su carrera como actor se vió afectada por una excesiva facilidad a quedarse ronco y a perder la voz durante su actuación.
Después de varios intentos fallidos de remedios que solo funcionaban mientras dejaba de usar su voz, Alexander se dió cuenta de lo que fue la primer gran genialidad de una larga lista. Entendió que él mismo podía ser la causa de su problema, y que podía estar lastimando sus órganos vocales de una manera que le era hasta el momento desconocida.
A partir de este momento y con la ayuda de tres espejos, se embarcó en un proceso de auto-observación y experimentación que duró varios años, y que le llevó a descubrir varios principios fundamentales de nuestra organización psicofísica. Desarrolló así, un método que no sólo le devolvió la voz sino que demostró tener un alcance mucho mayor en el mejoramiento general del uso de si mismo.
Durante ese tiempo continuó con su vida de actor, pero empezó también a transmitir a los demás su singular técnica. En 1904 viajó a Londres para dar a conocer su técnica.
En Londres los actores acudieron en masa para que les diera clases y se convirtió en una especie de “protector” del teatro londinense. Entre sus alumnos figuraban actores y actrices famosos/as como Henry Irving y Viola Tree, y otros personajes conocidos de la época como Aldous Huxley, George Bernard Shaw, Sir Stafford Cripps y más tarde, en EE.UU., John Dewey. En 1930, fundó la primera escuela de formación de profesores/as.
A los setenta y nueve años sufrió una apoplejía que paralizó el lado izquierdo de su cuerpo. Pero gracias a su técnica, recobró el control de éste en menos de un año y continuó enseñando hasta su muerte, en 1955, cuando contaba con ochenta y seis años.
Alexander elaboró sus ideas a lo largo de un período de casi sesenta años. A medida que su experiencia en la enseñanza crecía, fue ampliando y refinando el marco teórico de su técnica. En el transcurso de estos años publicó cuatro libros, “Man’s Supreme inheritance”, “Constructive conscious control of the individual”, “The use of the self” y “The Universal constant in living.